Terminó la temporada y el puente aéreo entre Londres y Madrid empezó a funcionar. Tiago Cardoso Mendes terminaba contrato con el Atlético y, según diversas informaciones, iba a firmar un contrato con el Chelsea de José Mourinho para, una vez terminada su carrera, fuese la mano derecha del portugués. Pero un vuelco en las negociaciones con los de Abramovich, canceladas por una cuestión de temas de fondos de inversión que no vienen al caso, el mediocentro se encontraba con una mano delante y otras detrás. Sin equipo y con mucho que explicar. Y entonces han surgido las dos vertientes: Pro y contra Tiago. Los que critican su comportamiento y los que se alegran de su vuelta. Pero, ¿qué ha hecho Tiago?

Víctima

Tiago ya se bajó su sueldo en una ocasión para poder continuar en el Atlético de Madrid. Un equipo rojiblanco que, no como ahora, danzaba sin pena ni gloria por las competiciones que disputaba y que, además, no olía la Liga de Campeones ni de lejos.

El portugués era uno de los capitanes, uno de los pesos pesados del vestuario y uno de los futbolistas preferidos por Diego Pablo Simeone, que delegaba en él la responsabilidad de mantener al bloque unido.

Ha aguantado mucho dentro del club. Vivió en sus carnes la decepción del Camp Nou en Copa del Rey o en Da Luz en Champions, pero también las alegrías de la Liga cosechada o la Copa arrebatada al eterno rival en su estadio. Sus lágrimas eran el reflejo de lo que sentía por el escudo y su cara de perplejidad al mirar a una afición cantando tras caer derrotados, será difícil de olvidar.

Culpable

Se quería marchar del Atlético de Madrid por la puerta de atrás. Sin hacer declaraciones, sin despedirse y jugando al escondite, abandonaba el club que le ha hecho grande para unirse al equipo que ha chupado la sangre del equipo que se presuponía él quería, para además hacerlo junto al mismo entrenador que una vez le echó.

Hace un par de meses afirmó que si Simeone le pidiese que se tirara por un puente, él lo haría. Pero lo que quería hacer realmente era empujar a Diego Pablo para poner rumbo a Londres a firmar el ultimo gran contrato de su carrera a las órdenes del señor que ha dejado a su anterior equipo cojo en varias demarcaciones.

Matallanas (cada palo que aguante su vela y se crea lo que quiera) llegó a publicar que Tiago fue el intermediario de gente como Diego Costa o Filipe Luis para que aceptasen la oferta blue y se marchasen del Manzanares rumbo a Stamford Bridge. Y fue también el que animó a Radamel Falcao a firmar por el Mónaco el pasado verano.

Su agente, Jorge Mendes, es odiado por la gran masa social del Atlético. Sus chanchullos, tanto con la familia Gil como con otros clubes para utilizar a los rojiblancos como trampolín, han acabado por cansar a la hinchada y a parte de la cúpula directiva. Le ha llegado a ofrecer hasta al Valencia, con escaso éxito.

Parece que vuelve, y mientras eso pasa, su brazalete ha volado a brazos de Diego Godín, que ha tenido claro desde el principio que el Atlético es su casa y que aquí puede ser grande. A petición de Simeone, Tiago volverá. Y si el Cholo lo pide, tiene que ir a misa. Pero no estarían de más unas cuantas explicaciones. ¿Es víctima? o, ¿es culpable? ¿Poco amor propio del Atlético? Veremos.