Debo reconocer que mi opinión sobre el periodismo deportivo más conocido en este país no era la mejor. Y por conocido hablo de esos medios de comunicación que más se consumen (sea leyéndolos, viéndolos o escuchándolos). Desde que juntar palabras para informar a la población se convirtió en una procesión arrodillada a las grandes empresas y multinacionales, se perdió la esencia por la que esta profesión tan hermosa fue creada. Y pese a todo quise hacerme periodista. Porque creo en el cambio. Y porque estoy convencido que, con conciencia y consistencia, puede ser posible.
Pero hoy me he despertado y se me ha hecho un nudo en el estómago cuando he abierto Twitter. Sí, al madrugar y apagar la alarma lo primero que hago es leer lo que ha sucedido entre la transición de dormir y despertar. Nunca se sabe. Y evidentemente algo pasó. La portada del Diario AS del día 15 de enero es absolutamente vergonzante. Ni tan siquiera la gente ha podido reparar en cómo un medio aparentemente objetivo tiende clarísimamente hacia el lado blanco cuando un derbi se acerca («El mejor equipo del mundo sólo tiene rival en la capital»).
La forma en la que, de manera continua, se falta el respeto a la memoria de Juanito y no se le deja descansar en paz cuando el Real Madrid atraviesa una situación complicada, no ha hecho pensar a nadie, ni del gremio ni de su círculo (parece ser), dónde está el límite. Y como nadie ha tasado ese límite, hoy se ha sobrepasado sin vergüenza. Lo que hoy recoge la portada de los compañeros de AS es un puñetazo en el estómago a la integridad de un difunto, una patada en las costillas a la credibilidad del mismo medio, y una paliza casi definitiva al periodismo deportivo que rozaba ya el K.O.
Ver a Tomás Roncero, Toñín el Torero y sus secuaces jugando con la memoria de una persona, buscando el morbo máximo y pisoteando una profesión que bien pudo comenzar con el Acta Diurna de Julio César allá por el siglo I, es algo inexplicable para el que se ha tirado años estudiando una carrera y creyendo que el resurgir de la credibilidad de este mundillo era posible. Porque hemos visto informativos deportivos realizando directos desde el lugar donde murió una persona, periodistas riéndose de vagabundos o campañas imperdonables contra personas públicas. Y esto podía ser la puntilla. O no.
Ha sido una estocada, pero ni mucho menos el periodismo está muerto. A su rescate acuden medios como Vavel, Sphera Sports, Perarnau Magazine, Kaiser Football y, justo hoy, nace Contexto Deportes. Que cada uno decida qué quiere leer, con qué se quiere informar o a quién quiere darle lo más valioso que tiene el ser humano: tiempo. Yo, como periodista que sabe lo que busca, lo tiene claro.
Suerte que existen esos medios que citas al rescate del periodismo, pero el problema es que de momento sólo acceden a ellos una minoría (en aumento), pero generalmente usuarios de redes sociales. Y los diarios deportivos o programas de tv que más audiencia tienen son los que no son nada objetivos y siguen el estilo sálvame.