Fuiste un gran portero; quizás el mejor portero que han visto estos ojos. Diste mucho al Real Madrid, levantando todos los trofeos que uno, cuando es niño, sueña con levantar. Hiciste paradas imposibles y fuiste capaz de unir a todo un país sosteniendo a una selección que pendía de un hilo a punto de ser cortado con las tijeras de Arjen Robben. Cambiaste el devenir de España y te convertiste en leyenda eterna del fútbol español. Ahora bien, todo este párrafo está escrito en pretérito -en pasado, para el que le cueste-. Eres pretérito Íker, y debes asimilarlo cuanto antes. 

Afirmas con rotundidad que seguirás en el Real Madrid la siguiente temporada, pero que no quieres «ser un estorbo». Pues bien, Casillas, ya que esos palmeros que tanto daño han hecho a tu imagen no son capaces de reconocértelo, te lo digo yo: mantener a todo un Estadio dividido en cada encuentro como local no es lo que yo denominaría «no estorbar». Más bien lo contrario. Y yo no voy a poner en tela de juicio tu profesionalidad, tu madridismo y lo importante que has sido para tu club y tu selección; los datos están ahí. Pero deberías empezar a tomar más en cuenta las opiniones de la gente de fútbol y olvidarte de las flores que te lanzan; porque las flores terminan marchitándose, Íker; simplemente se secan, se van.

Deberías haber sabido cuándo irte, y la temporada pasada tuviste la gran oportunidad. Levantas la Liga de Campeones en Lisboa, das las gracias al madridismo, y te marchas sin hacer ruido -mira Xavi, tú-. Porque lo que hay a tu alrededor, Íker, ya no son paradas; es ruido. Se han dicho auténticas salvajadas sobre ti, tampoco hay que olvidarlas. Te rehiciste y conseguiste ser campeón de Copa y Champions siendo titular en ambas. Pero debes dejar paso. El propio SImeone -enemigo del Real Madrid- te mandó un mensaje: «hay que saber cuando uno sobra». En la Selección Española estás cortando la progresión de un portero como David de Gea, y ni imaginarme quiero si el chaval termina fichando por el Real Madrid lo que puede acabar siendo aquello. ¿Una guerra civil más?

Cuanto más tiempo tardes en marcharte del Real Madrid, peor sabor de boca dejarás dentro de esa a la que denominas tu hinchada. Dices que te quedas con los aplausos antes que con los pitos. Error tuyo. Debes quedarte con todo por igual. Debes escuchar a los que te alaban y a los que te critican. Sólo así se aprende. Y ese es el gran debe que tienes desde hace tres años. El fantasma Mourinho ya se fue. Pero algunos no lo olvidan, porque creen que el portugués ha sido el mejor entrenador que ha tenido tu equipo en la era contemporánea -algo que comparto-, y te culpan de su marcha. Habrá más factores, imagino.

¿Qué me dices de lo de «topo»? Eso me hace gracia. Como si fueses el único futbolista con amigos en la prensa. Relación de conveniencia necesaria para el aficionado y el fútbol. ¿O acaso los periodistas defensores de la actual directiva se inventan las noticias del Real Madrid? Todos filtran. Es el negocio. Ahí rompo una lanza por ti.

Pero Íker, hazte a un lado. Ser madridista es saber también cuando se estorba. Tú no quieres estorbar, pero no te estás dando cuenta que es lo que llevas haciendo varias temporadas. Y puedes volver a parar, a ser grande y a resurgir como tu buen amigo Buffon, pero quizás el Real Madrid te agradecería que fuese en otro lado. Hay ambientes que no funcionan, y la música de viento que te acompaña en tu estadio, dejó hace tiempo de ser sólo por fallos puntuales, como con otras estrellas ha sucedido. No las comparto, pero la libertad de expresión existe por algo. Las guerras civiles nunca acabaron bien, tú sabrás.

PD: No lo firma Pedrerol, lo firmo yo.