El mérito es incalculable. La superación de metas, éxitos y expectativas las está haciendo entrar en la historia de un club como el Atlético de Madrid. Solas ante el peligro, sin grandes apoyos detrás, pero con la misma pasión que cualquiera, las chicas del Atleti Féminas se han ganado el cariño y el recuerdo del aficionado al fútbol que vive por y para lo rojiblanco.
Sería de hipócritas enaltecer el seguimiento masivo, el apoyo contínuo y la sabiduría extrema sobre fútbol femenino en este país y esta afición. Ellas, con muchísimas (infinitas) menos posibilidades que sus sucedáneos masculinos, han sabido agrandarse desde hace varios años a esta parte. Pasito a pasito, sin descanso. Consiguiendo objetivos cada vez más importantes y llegando a metas antes improbables. Las Meseguer, Amanda, Esther, Tudela y compañía han sido capaces de hacer vibra a gente que, probablemente, nunca ha visto un partido de fútbol femenino, a través de Twitter. Sí, es lo que tiene, por desgracia. Imposible seguir un partido que otorgaba, por primera vez en su historia, la posibilidad de entrar a octavos de final de la Liga de Campeones femenina al Atlético. Ni en televisión, ni en radio ni por streamming en la propia web del club. Hay que trabajar en esto.
Pero eso a las chicas les da igual. Llegaron a Rusia para tratar de dar la vuelta a un 0-2 adverso y lo consiguieron. Remando, sin caer en la trampa de la desesperación. Llevando el himno del Atlético de Madrid a tierras frías y a competiciones nuevas. Honrando el «porque luchan como hermanas, defendiendo sus colores, con un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón». Y así fue, con coraje y corazón, como se han traído a Madrid un 0-3 y un hito.
No sería bueno dárnoslas todos de amantes del fútbol femenino (que los hay de verdad), pero tampoco sería bueno olvidar lo que acaba de ocurrir hoy. Quizás es un punto de inflexión. Poco a poco, gota a gota, el fútbol femenino cuenta con mayor interés en el aficionado al deporte rey. Y, en el caso del Atlético, que las chicas suden, sangren y defiendan las rayas rojas y blancas de una manera tan pura y especial, puede hacer que esto no sea el tope del Féminas. Con épica, con sufrimiento, con corazón. Como el Atlético de Madrid. Tal cual.
Que haya más. Y que sea con más. Gracias chicas. Vuestro triunfo es nuestro triunfo. Aúpa Féminas.