Lo digo abiertamente, y seguro que algunos coinciden conmigo. Me siento sucio, malo, y me doy un poco de vergüenza. Debo reconocerlo, no me duele hacerlo. Porque como tú, todos debemos ser sinceros contigo. Recuerdo el partido del Molinón. Esa derrota me hizo pupa. No entro a valorar el por qué se dio, pero se dio. Ahí me rendí. Desconecté de la Liga y me propuse firmemente que la temporada del Atlético pasaba por la Liga de Campeones. Nueve puntos le metía un Barça invencible a nuestro Atleti. Nueve. Y teníamos que medir fuerzas contra ellos en Europa. Lo vi como la única bala. Siempre creí que tenías un plan para estar en Milán. Siempre. Igual que te digo una cosa, te digo la otra. Pero creí, de verdad, que la Liga se abandonaría.
Me has dado una lección. A mí y a tantos otros que decidimos obviarla. Como si ya no existiera. La música de la Champions nos absorbió. El escándalo del Camp Nou reavivó esa llama. Ni tan siquiera viví aquel clásico contra el Real Madrid con la emoción de distanciarnos de unos o acercarnos a otros. Me parecía un partido intrascendente. Pero tú, siempre tú, tienes la última palabra. No has dejado de creer, ni has cambiado un ápice tu discurso. Ya dijiste hace dos años una frase que se quedó marcada a fuego. «Si un día, a Barça o Madrid les da por fallar, ahí estaremos». Nadie pensaba que lo harían, tú sí. Tú siempre. Tú creíste que esto, por inverosímil que pareciese, podría darse. Tú y sólo tú. Ni tan siquiera nuestros vecinos veían posible esta situación. «Nuestro objetivo es dar caza al Atleti, ser segundos», decía su entrenador.
Ahora la Liga está en un puño. Sigue difícil, los favoritos siguen siendo los mismos. Pero ya nadie tiene margen de error. Eso se ha terminado. Has hecho creer a la plantilla que esto era posible. No has caído en la trampa de dar descanso a titulares, de hacer probaturas de cara a la Liga de Campeones. Nada. Has ido a por la Liga con 9 puntos de desventaja, con 6, con 3 y ahora con 0. «Partido a partido» parecía trampa, un engaño. El quitar presión. Pero no. Realmente así lo has creído. Remontada al Barça o partido contra el Granada. Las ganas son las mismas. Los jugadores, también. Si el Atleti está peleándola, es gracias a ti. No a mí, desde luego que no. Porque se podrá ganar o se podrá perder, pero la esencia de la historia de este club es pelear. Y tú me has recordado que no hay que dar nada por perdido, hasta que realmente esté perdido. Por eso te quiero dar las gracias, y por eso te quiero pedir perdón, Diego Pablo. Y prometo no volver a cometer semejante estupidez. Ganes dos títulos, ganes uno o ganes cero. Me da igual. Yo ahora, lo único que quiero, es ganar al Athletic Club. Estamos ahí, y ya no es una sorpresa.