¿Qué rumbo debe tomar el Atleti?

El yin y el yang

El yin y el yang

Si la vida del aficionado atlético dependiese de las buenas o las malas noticias que leen o escuchan sobre su club, seguramente estarían todos muertos. Es verdad que es muy pronto, que apenas estamos en junio, pero la sensación de vacío existencial se hace cada día un poquito más grande.

El Atlético de Madrid ha perdido, en los últimos tiempos, gran parte del sentimentalismo que hacía fuerte y grande a este club y a su afición. En apenas tres años han dejado de estar Fernando Torres, Gabi, Godín o Juanfran. Pero también el Vicente Calderón y el escudo que unía este sentimiento. Ha sido tan grande el vacío que el ambiente que se respira alrededor de este equipo es de cierto desapego. No podemos pedirle al aficionado atlético que sienta por Lemar o Arias lo mismo que por Raúl García o Juanfran. Porque sería hacerse trampas al solitario.

Los atléticos aman a su equipo por encima de todas las cosas, eso es cierto. Tan cierto como que siempre han tenido a gente, ahí abajo jugando, con la que han conectado y de la que se han sentido orgullosos. Eso no solo está desapareciendo, sino que cada vez está pasando menos. Jugadores como Lucas o Rodrigo Hernández, que parecía que iban a ser una cosa, están resultando ser otra bien diferente. Y estas situaciones, en momentos de cambios y dudas como los que atraviesa la entidad, no favorecen en absoluto al buen ambiente.

Por otro lado, dejando atrás el tema emocional, está el futbolístico. Independientemente de todo lo que acabo de contar, las pérdidas de jugadores como Godín, Lucas o la posible de Rodrigo son un absoluto drama. Sobre todo estas dos últimas. No obviemos que su juventud, su presente y su futuro son como para que sean piezas únicas en su puesto. Perderles, siendo además de la casa, es lanzar un mensaje al planeta fútbol que no casa, en absoluto, con el crecimiento que ha ido experimentado este club desde la llegada de Simeone.

Pero no solo queda ahí la cosa. Al final en el fútbol unos salen y otros entran. De momento no está entrado casi nadie. Y las noticias o rumores (que no dejan de ser humo), no están invitando al optimismo a una afición que se merece mucho más de lo que tiene.

Desconozco cómo quedará este Atlético de Madrid a finales de agosto y mucho más qué le deparará la siguiente temporada. Lo que tengo claro es que lo pongo todo en las manos del Koke capitán y de Diego Pablo Simeone. Después, que venga lo que tenga que venir. Eso sí, urge recuperar el sello de identidad que ha hecho de este un equipo temible. Espero que esto lo tengan claro los que toman las decisiones. O esta escalada solo habrá servido como sueño pasajero.

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