Hacedor de rabia profesional

Hay dos cosas que me gustan especialmente de las pretemporadas del Atlético de Madrid. Una de ellas es la afición rojiblanca. Capaz de verse campeona del triplete tras un buen partido en Estados Unidos, para pasar a plantearse, días después, si estos jugadores serán capaces de clasificarse para Europa. Esta bipolaridad, bien llevada y tratada, mola. Pero porque estamos en verano.

Eso sí, si hay algo que me apasiona más que eso, son las declaraciones de Diego Pablo Simeone. Da igual lo que diga, porque desde hace ya muchísimo tiempo se ha convertido para el nacionalmadridismo y el nacionalbarcelonismo en un hacedor de rabia profesional. De esos que, digan lo que digan, generan rechazo en los rivales.

La última ha sido un halago a sus máximos rivales, con un toque de autoexigencia para su plantilla: «En el Atleti sufrimos siempre, no es fácil competir contra los dos mejores equipos del mundo, el Real Madrid y el Barcelona». Os podéis imaginar qué reacciones ha generado una frase absolutamente simple y obvia. Evidentemente, el entrenador del Atlético de Madrid es el histórico llorón que ya se está viendo por detrás de los dos grandes equipos de España antes de empezar la temporada. Pero, si queréis, recapitulemos cómo empezó el verano.

Tras acabar el curso 2018/19, todo eran risas para con el Atlético de Madrid y Simeone. Griezmann iba a firmar por el F.C. Barcelona, Rodrigo lo iba a hacer por el City y Lucas ya se había marchado al Bayern de Múnich. «Ya ningún crack quiere al Cholo», «nadie quiere jugar en el Atleti». Poco después, se hizo oficial la compra de Morata al Chelsea y se fichó a Marcos Llorente o a Mario Hermoso. «Sois el Castilla», «el Atleti se está haciendo un equipo con las sobras del Madrid».

Pero se sucedieron dos situaciones en apenas veinte días que lo cambiaron todo. Joao Félix, la mayor promesa del fútbol portugués, firmaba por el Atlético de Madrid, desechando otras ofertas, como la del propio Manchester City. Como después se supo, el Real Madrid también intentó su fichaje. «Dónde va el Atleti fichando a un crío de 19 años por 126 millones de euros», decían los que acababan de dejarse 100 por un futbolista al que le quedaba un año de contrato. El chaval, además, echó leña al fuego diciendo que una de las razones de firmar por el Atleti era la de ser entrenado por Simeone, que le enseñaría cosas que ningún otro podría.

Tras esto, vino el 3-7. Un partido amistoso, sí. Pero un 3-7 que escoció más de la cuenta en el seno nacionalmadridista. En el club, en la afición y en los medios afines. Ya no hacía tanta gracia lo de vender a otro descarte (James Rodríguez) al Atleti del Cholo. Desde el club blanco sacaron a pasear a Josep Pedrerol para afirmar que el colombiano se quedaría en este año en el Santiago Bernabéu. Ya no había risas con que determinados jugadores saliesen del Atleti. Ya volvía la clásica exigencia a Simeone y los suyos.

Al final es el ciclo de cada año desde que el argentino se sentó, por primera vez, en el banquillo del Atlético de Madrid. Ellos siempre tienen la de ganar. Son tan conscientes del bien que hace el Cholo al Atleti, que cada vez les cuesta más encontrar algo para excusarse y poner peros. El Atlético lleva dos años quedando por delante del Real Madrid en Liga, y la excusa es que han sido dos de los peores años de los blancos en los últimos tiempos. ¡Como si el Atleti hubiera sido la naranja mecánica!

Su problema es muy sencillo. Esté mejor o peor, juegue mejor o peor, el Atlético de Madrid siempre va a estar ahí y siempre va a competir. Por eso se frotaban las manos tras las marchas de Griezmann, Rodrigo y Lucas. Y por eso ahora están preocupados tras el fichaje de Joao Félix y el posible de James Rodríguez. Están nerviosos, porque Simeone les pone nerviosos. Por eso, cuando el Cholo dice que el Atleti sufre por ganar a dos equipazos como Madrid o Barça, no saben si tomárselo como un halago o como una provocación. Porque es un hacedor de rabia profesional. Porque les tensa. Y porque ya se les acaba el repertorio de excusas:

  • Ya caerán.
  • Solo marcan a balón parado.
  • Son super defensivos.
  • Son unos violentos.
  • No juegan a nada.
  • El equipo del pueblo se gasta dinero

¿Qué será lo siguiente? Vamos a pasárnoslo bien esta temporada. Acordaos de mí.

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